La transmisión de Conocimiento como valor de Futuro. Segunda sesión de la asignatura "La ciudad como espacio de convivencia intercultural"

Segunda sesión de la asignatura "La ciudad como espacio de convivencia intercultural".

Con la presencia del Sr. Rector, el Alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, intervino ayer en la impartición del Módulo del Máster “Educación Inclusiva”, que se imparte en la Facultad de Ciencias de la Educación, con la ponencia “LA TRANSMISIÓN DE CONOCIMIENTO COMO VALOR DE FUTURO”.

Este Módulo trata de abordar el papel de las Ciudades dentro de las relaciones desde el concepto transversal Diversidad e Intercultural (INCLUSIÓN) que este Máster aborda como consecuencia de la explosión urbana respecto a los entornos rurales.

Comenzó haciendo una manifestación en favor de la cohesión Ayuntamiento y Universidad (Town&Gown), para asumir las responsabilidades político, académico y sociales que conllevan construir ciudades inclusivas.

Sin querer entrar en debates conceptuales sino en estrategias para abordar los nuevos retos la globalización y la crisis sistémica, afirmó que la diversidad no es un fenómeno nuevo, de moda, sino ha existido siempre y ha creado grandes diferencias sociales a lo largo de la historia.

En este sentido aludió, al concepto de “Paradigma Córdoba” como un fenómeno de convivencia, que nace en el conocimiento de varias culturas monoteístas unidas en la época del Al-Andaluz, pero que fueron capaces de armonizar la convivencia y transmitir los conocimientos heredados de las culturas clásicas a los pueblos europeos. La convivencia nace y se consolida por saber crear y compartir conocimientos en el amplio sentido del término.

Hoy, en occidente, la diversidad cultural se vive especialmente en el entorno urbano y se utiliza como un eufemismo para expresar la inquietud que suscitan (i) las nuevas posturas relacionadas con las poblaciones inmigrantes portadoras de modalidades de auto-representación propias; (ii) el sector juvenil-identidad cultural inadaptada a valores tradicionales y educadas en la sociedad de la red- donde no existen fronteras- y de momento poco expectativas; y, sobretodo, la igualdad de las mujeres especialmente en el ámbito de la brecha salarial.

¿Es la inclusividad un reto o una utopía? Desde al ámbito educativo debemos asumir este nuevo reto, cuestionado en muchos países europeos por un cierto populismo contrario a la inclusión de nuevas poblaciones de inmigrantes. Sí, tenemos que innovar, optar por cambios cualitativos por generar nuevos modelos de convivencia y hacerlo en tiempos difíciles, con una quiebra financiera, política y ética.

El fracaso del sistema tiene que dar paso a la sociedad civil. Desde la indignación hay que romper el silencio de los corderos y asumir la gobernanza, de ser súbditos a ciudadanos comprometidos, de espectadores a actores comprometidos.

No nos podemos inhibir, más que nunca, hoy existe un reto compartido desde la educación y desde la política. Si desde el 2.008 se luchaba por construir en Europa una red de “Ciudades Interculturales”, dados los problemas graves provocados por el “austericismo”, la política municipal debe abordar los nuevos retos urbanos de un mundo en movimiento no al azar sino por planes estratégicos consensuados y evaluados para observar los logros.

Finalmente, el Sr. Alcalde, aludiendo a la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDRO), defendió que las ciudades y los gobiernos locales se deben preparar y volverse resilientes ante los desastres, incluyendo los elementos básicos para evaluar los riesgos sociales y económicos, así como los pasos esenciales para que las ciudades sean más seguras, con miras a lograr el desarrollo sostenible.

Que las ciudades del futuro con éxito serán interculturales y/o resilientes, capaces de gestionar y explorar el potencial de su diversidad cultural para estimular la creatividad y la innovación generando así prosperidad económica y mayor calidad de vida no hay duda. No es, por tanto, una apelación a la utopía; hay que partir de la insatisfacción como punto de partida para cambiar la realidad; convertir el espacio público en un lugar de participación y diálogo permanente.

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